viernes, 25 de mayo de 2012

Locro Criollo pero finoli


El locro (del quechua ruqru o luqru) es un guiso a base de zapallo, porotos y maíz que se consume en la zona de la cordillera de los Andes, desde Argentina y hasta el sur de Colombia, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia.
Su origen es indudablemente prehispánico y preincaico, típico de varios pueblos andinos que basaban gran parte de su dieta en el maíz o los porotos y la papa.
La mayoría de las recetas originales utilizan partes de segunda del animal debido a que consistía en una comida de pobre con alto contenido de grasa, una fuente barata de energía para el trabajador.
En Argentina su consumo se ha extendido desde el Noroeste y Cuyo hacia el resto del país, en Neuquén además del locro de maíz se prepara una especie de locro con arvejas, en el Noreste argentino se prepara el locro en base a la mandioca.
Se lo prepara según multitud de recetas, siendo lo único invariable su base vegetal y el procedimiento de cocción, a fuego lento durante varias horas. De acuerdo a la región se lo prepara con carne de vacuno fresca o seca (charqui), vísceras como la tripa gorda o el chinchulín, mondongo, embutidos y costillas o despojos de chancho (manos, patas, cola, orejas y cuero, tocino, grasa de pella); las carnes se cuecen por separado y se añaden luego al preparado de vegetales entre los que suele destacarse el zapallo (especialmente el redondo de cáscara grisasea llamado por esto zapallo plomo) que suele dar color amarillo al locro, y granos de choclo o porotos e incluso granos de trigo (–en Argentina se prefiere el locro con granos de choclo– y al locro basado en granos de maíz triturados se le llama frangollo), vegetales que por el almidón presente en sus componentes hacen que el preparado alcance la densidad de una crema. Sustancioso y nutritivo es un plato típico del invierno; se lo adereza de manera acorde, con una salsa picante preparada a base de aceite, ají molido, pimentón y cebolla de verdeo, denominada quiquirimichi.
El locro suculento (denso y con variados y abundantes ingredientes) suele recibir el nombre de locro pulsudo, por contraparte se llama huaschalocro, es decir "locro pobre" (quechua: wakcha luqru), al locro "liviano" preparado con el mínimo de ingredientes y con una consistencia chirle. Una variedad gastronómica próxima al huaschalocro es el mote.
Alimento con muchas calorías y nutrientes el locro resulta muy adecuado para consumir durante los inviernos o en zonas frías. Tradicionalmente se consume de manera masiva el 25 de mayo, día en que se conmemora la formación del primer gobierno patrio. Por este motivo es un plato regional y tradicional para festejar las fechas patrias. Eventualmente existe la costumbre de convidar a los invitados con pequeñas cazuelas de locro en las celebraciones de casamientos.
Si a usted no le gusta ver las patitas del chancho flotando en la salsa, o los callos o mondongo le caen mal después de masticarlos como chicle durante diez horas, esta es la receta del Locro Criollo con ingredientes finoli finoli que estaba buscando.
Agasaje a su familia con este plato típico de la colonia que dura y dura y nos da ese calor en la panza tan necesario estos días de invierno.
Ármese de paciencia y no le crea mucho al reloj. Dependiendo de su "negrita" y la llama de su hornalla es posible reducir los tiempos sin alterar la calidad. Eso sí, tengale paciencia si lo quiere sacar bueno.

Usted se tiene que juntar con los siguientes ingredientes para alimentar a un regimiento de 20 personas (achique según necesidad):
1 Kg maíz blanco partido
1 Kg de porotos blancos

1/2 Kg carne de cerdo
200 g de panceta
1/2 Kg de carne de ternera
3 chorizos comunes
2 chorizos colorados
1 Kg asado de tira
1/4 Kg zanahorias
1/4 Kg de zapallo
1 cucharada de pimentón
1 cucharada de pimienta
1/4 Kg de papas
1/4 Kg de batatas
1/2 Kg de repollo

Una rica salsa para acompañar y hacer picar

1 taza de aceite de oliva
sal
1 cabeza de ajo
1 cucharada de pimentón
1 cucharada de ají molido

NO OLVIDE: cebolla de verdeo picada.


Paciencia en la preparación

Poner a remojar la noche anterior medio kg de maíz y medio kg de porotos en bastante agua. En esa misma agua, al día siguiente, poner a hervir, junto con los porotos y el maíz, los chorizos enteros, pues se cortan en trozos al servir, la panceta cortada, la carne de vaca cortada en daditos, las costillas de cerdo. No se echa sal, salvo que al final haga falta. Debe hervir unas diez horas o hasta que espese,
mezclando con cuchara de madera para que deshaga el poroto y no se pegue en el fondo. A las siete horas de hervir agregar el maíz blanco y los porotos restantes (tambien remojados ), las verduras cortadas en dados y la cucharada de pimentón. Para la salsa machacar el ajo pelado, agregar el aceite, pimienta, aji molido, sal y pimentón (debe quedar bien picante ). Servir con cebolla de verdeo picada.

jueves, 24 de mayo de 2012

Salsa Mexicana

El mafiosos secretario de comercio que Dios y la Reina nos han legado, suele cometer abusos que tienden a proteger nuestra endeble economía de los embates de socios incumplidores como nuestros vecinos brasileros. Es que esos cosos te firman un papel de comercio bilateral donde la reciprocidad se expresa en números que nunca piensan cumplir y es allí donde Moreno saca el chumbo y nos cierra las importaciones.

La verdad que a mi nunca me toca de cerca el tema ya que no tengo plata para nada de lo que cruza esas fronteras, pero ete aquí que el año pasado me llegaron los coletazos de las nombradas medidas.

Los supermercados no pudieron importar más los productos que tuvieran su equivalente en fabricación nacional  y en las góndolas no pude encontrar ninguna de mis debilidades culinarias del otro lado de las fronteras.
Así desaparecieron de las góndolas mis preferidos Gurkentopf de Mammingen , el Gewurzgurken, (que aunque parezcan insultos en idioma Elfo, ambos son Pepinos agridulces) la ensalada de repollo colorado en vino tinto de la misma firma, el Sauerkraut o Chucrut en lata y las salsas especiales dentro de las cuales se destacaba la Mexicaner Sauce.
Digamos que a casi todos les encontré reemplazo local menos a la salsa, razón por la cual luego de meditar seriamente sobre las posibilidades de realizarla en casa gambetenado algún envenenamiento alimentario, puse manos a la obra y ya voy por el quinto frasco agotado con total éxito e incremento de peso.

No es nada del otro mundo y termina siendo una salsa medianamente económica, porque le aseguro que con ella se pueden acompañar muchas comidas que de otra manera resultarían insípidas, como las milanesas de aserrín de soja. El costo por frasco de 660 cm puede llegar a ser de unos 20 pesos. (4 euros o 5 U$D)


Usted debe juntarse con los siguientes elementos:

Un frasco de vidrio con tapa metálica de los que usualmente se venden como contenedores de encurtidos. El que guarda siempre tiene. El tamaño recomendado para estas medidas es de unos 660 centímetros cúbicos.
Lávelo bien, hierbalo y trate de no contaminarlo con la mirada.

Tenga a mano un poco de alcohol fino. No, no es por si se corta.

Consigase 100 grs de ensalada Chamalade, que si no sabe lo que es, le cuento que se trata de pickles de repollo blanco, zanahoria, pepinos y morrones en vinagre cortados en hilos finos (Chifonada). Si no la consigue la puede hacer. Solo recuerde cocinarla tan solo tres minutos en partes iguales de vinagre y agua con un poco de azúcar, una hojita de laurel y pimienta en grano a gusto.

250 grs de Ketchup de la marca de su agrado (si me pregunta yo uso Hellman´s, pero también lo puede fabricar usted mismo, es muy fácil y en la red hay varias recetas)

2 pepinos agridulces (también los puede hacer usted mismo con pepinos comunes hervidos tres minutos en partes iguales de vinagre, agua y azúcar a gusto, hoja de laurel, pimienta en grano y semillas de Eneldo)

1 cucharada grande de ají picante o salsa tabasco (si no quiere comprar nada industrial o usted es naturista, con que ponga un ají puta parió bien picadito y con las semillas será más que suficiente)

200 grs de granos de choclo amarillo (hierba diez minutos un choclo y desgránelo o abra una lata pequeña)



Hacerlo es una pavada.

1- Pique un poco más la ensalada Chamalade
2- Pique los Pepinos en trozos de un tamaño que a usted le resulte agradable encontrar cuando consuma la salsa.
3- Coloque un poco de alcohol dentro del frasco y agítelo hasta que toda su superficie interior tome contacto con él. Retírelo.
4- Coloque la ensalada y los pepinos dentro del recipiente.
5- Agregue el Ketchup
6- Agregue el Ají Picante
7- Agregue el choclo llenando el frasco hasta 2 centímetros antes del borde.
8- Con un tenedor revuelva la preparación hasta que se mezcle homogéneamente.


9- Póngale alcohol a la tapa y cierre el envase.
10- Ponga agua en una cacerola y llévela a hervor.
11- Doble un repasador y sumérjalo dentro del agua hirviendo.
12- Coloque el frasco cerrado sobre el repasador y deje hervir durante 40 minutos.
13- Deje enfriar, rotule el frasco con la fecha. El preparado dura sin abrir 1 año. Una vez abierto se debe mantener en heladera. 


Si se anima a hacerla le aseguro que disfrutará de un producto apto para acompañar tacos, papas fritas, carnes, hot dogs y miles de usos más. Ahora que si usted no tiene el dudoso placer de estar bajo la influencia del malnacido secretario de comercio argentino, seguramente la podrá comprar en su negocio amigo bajo la insípida etiqueta de Salsa Mexicana, aunque en Mexico no se consigue.

Taluego.


El chorizo

Nunca fui un tipo muy futbolero que digamos. Unos bronquios de asmático me cortaron las piernas a muy temprana edad y los deportes carecieron de mayor significado para mí. Ni siquiera los miro por televisión sobre todo porque soy muy calentón y puedo terminar rompiendo el aparato o con un infarto de tanto desgañitarme gritando. Pero allá por los setenta tenía el privilegio de estudiar a escasos metros de la cancha de Racing y disfrutar de la liturgia previa y post partido, principalmente la culinaria. Y hago memoria al respecto porque he notado la desaparición de uno de los baluartes de la culinaria canchera. Ya no digamos que desapareció la pizza canchera, esa que es de puro aceite y ajo, sino que el querídisimo y recontraremil solicitado chorizo a la pomarola , también pasó al olvido.


Mire, yo salía de clases y si había partido esa tarde, seguro que me encontraba con una de esas ollas de pobre, con cerca de cincuenta litros de tuco bien cargado de cebolla, y ají morrón y cientos de chorizos argentinos flotando a la deriva como invitándome a comprarlos envueltos en fino pan de fonda. !Que sabrosura esa delicada masa de tomate, cerdo y vegetales varios que se escurría por pocos pesos hacia mi panza!.
Pero desapareció, ya no están más, ganó la parrilla y ahora lo que usted ve hasta en la sopa son los viejos y amados choripanes a la parrilla abiertos estilo mariposa para dorarlos, desgrasarlos y matarles cualquier bacteria.
Claro, con ellos el tema del sabor del embutido pasa a tener mayor importancia ya que antes lo tapaban con el tuco y ahora es lo único que se degusta. Así que empecé a preguntar que cual es el mejor chorizo, sin desmerecer el propio, y llegué a sondear en la historia familiar de mi señora allá en medio del campo, cuando se reunían todos los vecinos de kilómetros a la redonda para la faena de temporada y la necesaria factura de lo "cocechado". Pocos son los que dejan saber la fórmula mágica del buen chorizo y muchos los que se guardan los mayores secretos. Por ejemplo, yo le agrego pedacitos de pimiento morrón, pero los gauchos que se precian de tales, es difícil que le pasen la verdadera receta y usted termina alabando chorizos que en realidad están armados con los peor del animal y salados hasta agotar el Salar Grande de Salta para que usted diga un "!Que sabroso¡" que lo llevará directo a la hipertensión sin mayores miramientos.


No mi amigo, el buen chorizo, sin desmerecer otra vez lo presente, es el que está hecho con los mejores cortes que su bolsillo pueda pagar y con el especiado correcto como para que se convierta en una de las variedades que hacen de ellos un manjar que nunca debe faltar en la parrilla de un argento.
Existen en la red varias recetas, no le voy a mentir diciendo que le traigo una exclusiva sonsacada a la fuerza en algún pago del interior a un Inodoro Pereyra pasado de ginebra al que se le soltó la lengua. No, la verdad es que todos tenemos recetas diferentes y las modificamos a voluntad, pero pocos los que tienen tiempo y ganas de andar embutiendo tripa con una mezcla tan particular.
Mis parientes de Venado Tuerto, Pergamino, San Antonio de Areco, Juan José Paso y otros lugares que mejor no le cuento, siguen faenando y haciendo las facturas como siempre, pero el resto del año van como todo hijo de vecino hasta la carnicería amiga donde desde algún frigorífico les traen las facturas de tipo industrial que de todas maneras siguen siendo mucho más ricas que las que se pueden encontrar en las carnicerías de la Capital Federal.
Ni le cuento las diferencias que puede encontrar a nivel morcillas, así que mejor me concentro en lo que se puede divulgar de la confección de un buen chorizo al estilo nacional.
Vamos con tres recetas para empezar.
Vaya preparando el fuego.


Chorizo criollo de puro cerdo

Ingredientes para 10 kilos de chorizos.

8 kilos de carne de cerdo.

2 kilos panceta .

220 gramos de sal.

50 gramos de ají molido.

20 gramos de pimienta negra molida.

10 gramos de nuez moscada molida.

30 gramos de orégano (opcional si no le gusta).

Una cabeza de ajo chica. 1 vaso de vino blanco o tinto.

Semillas de hinojo salvaje (Importantísimo para el sabor y el aroma)

15/17 metros de tripa salada para embutir.

5 gramos de nitrato de sodio.

Preparación

Con una máquina tritura carne y disco grueso, pique la carne hecha trozos, luego la panceta. Vierta todo en un fuentón y agregue todos los condimentos. Mezcle y amase.

Caliente el vino y agréguele los dientes de ajo bien picados y sin hervir cocine tres minutos. Cuele, deseche el líquido e incorpórelos a la preparación volviendo a amasar. Conserve en la heladera no tan fría hasta el día siguiente. (*)

La preparación de la tripa se hace desalándola con abundante agua corriente, luego se sumerge en agua con el nitrato disuelto para evitar una indeseada putrefacción. Previo el rellenado cuélguela para que se escurra bien.

El rellenado puede hacerlo con un simple embudo, bastante grande, juntando la tripa en el pico del mismo, haciendo que se desfile durante el llenado que no debe ser muy apretado.

La distancia de la atadura de cada chorizo es a gusto del consumidor, generalmente de 13 a 15 centímetros para que no se diga que se está sirviendo una miseria... Hágalos descansar un día al gancho y en la heladera.

Es preferible asarlos a la parrilla con brasas de madera dura, generalmente durante 15 minutos de cada lado, sin pincharlos, para que se cocinen con sus propio jugo.

(*) Una buena alternativa es la del señor Raúl Marozzi que hace justo lo contrario, pone el ajo triturado en el vino y luego lo cuela, tira el ajo y pone el vino con sabor a ajo en la preparación. porque me dice que el ajo se oxida y no conviene ponerlo en la mezcla.

Es casi recomendable no triturar la panceta y cortarla en pedacitos a cuchillo para después mezcarla con la carne. De esta manera, en el caso de secar estos chorizos en un lugar fresco, seco y algo ventilado, y comerlos como salamines, el corte resulta más vistoso y se puede percibir también el sabor de la panceta.

En cuanto a la manera de asarlos, también tengo mi devoción muy particular: me gustan ponerlos en una negra sartén de hierro engrasada con tocino, en espiral, sobre fuego muy suave, teniendo la paciencia pero disfrutando del aroma que van soltando, para darlos vuelta cuando la parte inferior está dorada y esperar ansiosamente el dorado final de la parte de arriba. Y comerlo sobre plato de madera o tabla de madera,... ¡los chorizos que se deslizan sobre un plato tradicional me ponen nervioso, además de no tener el mismo gusto!




Chorizo criollo mezcla

Ingredientes para 10 kilos de chorizos.

4 kilos de carne de cerdo.

2 kilos de tocino o panceta de cerdo.

4 kilos de carne de vaca.

220 gramos de sal.

50 gramos de ají molido.

20 gramos de pimienta negra molida.

10 gramos de nuez moscada molida.

Una cabeza de ajo chica. 1 vaso de vino blanco o tinto.

Semillas de hinojo salvaje. Se puede remplazar con kummel.

15/17 metros de tripa salada para embutir.

5 gramos de nitrato de sodio.

Preparación

Con una máquina tritura carne y disco grueso, pique la carne hecha trozos, luego el tocino o panceta. Vierta todo en un recipiente y agregue todos los condimentos. Mezcle y amase.

Caliente el vino y agréguele los dientes de ajo bien picados y sin hervir cocine tres minutos. Cuele, deseche el líquido e incorpórelos a la preparación volviendo a amasar. Conserve en la heladera no tan fría hasta el día siguiente.

La preparación de la tripa se hace desalándola con abundante agua corriente, luego se sumerge en agua con el nitrito disuelto para evitar una indeseada putrefacción. Previo el rellenado cuélguela para que se escurra bien.

El rellenado puede hacerlo con un simple embudo, bastante grande, juntando la tripa en el pico del mismo, haciendo que se desfile durante el llenado que no debe ser muy apretado.

La distancia de la atadura de cada chorizo es a gusto del consumidor, generalmente de 13 a 15 centímetros para que no se diga que se está sirviendo una miseria... Hágalos descansar un día al gancho y en la heladera.

Es preferible asarlos a la parrilla con brasas de madera dura, generalmente durante 15 minutos de cada lado, sin pincharlos, para que se cocinen con sus propio jugo.

Estos chorizos son preferidos por los argentinos a los de puro cerdo para ser secados durante al menos 40 días, en un lugar seco, fresco y poco ventilado. En el día 41 pueden recibir el primer corte, oblicuamente, para comprobar la consistencia, el aroma, y el sabor.





Chorizos de cerdo (Receta de Pasqualino Marchese)

Ingredientes para 5 kilos de chorizos.

5 kilos de carne de cerdo (partes trasera, flancos, y panceta del mismo) importante que sea fresca y de buena calidad.
400 cc. de vino blanco seco,
130 gramos de sal fina,
semillas de hinojo salvaje (importantísimo para darle un gusto especial y aroma inconfundible),
dientes de ajo picadísimos a gusto (no muchos y si es nada mejor, para no matar el hinojo).
Pimienta abundante molida gruesa con molinillo.
Tripa cantidad necesaria, con 3/4 de kilo alcanza y sobra.
1 vaso de vinagre blanco de alcohol o una pizca de nitrato de sodio.

Preparación


Recorte y aparte la grasa y la panceta de la carne y ésta pásela por una máquina de picar pero con agujeros grandes. Es mejor molestarse y cortarla a cuchillo, en trocitos, así también la panceta.

En un recipiente esmaltado o de acero, ponga solamente la carne troceada, con la sal, el hinojo, los dientes de ajo bien picados y el vino blanco. Empaste con las manos y haga reposar en un lugar refrigerado. Recuerda que no le hemos mezclado la grasa. Ésta cortada también a cuchillo, la espolvoreamos con abundante pimienta molida gruesa y la mezclamos con la carne sin amasar demasiado. Guardamos todo otra vez en heladera toda una noche.

Antes de embutir, trate la tripa con un baño de agua fría y después con agua tibia con un vaso de vinagre blanco o con un poquito de nitrato. Escúrrela bien y séquela con un paño de cocina. Introduzca un largo conveniente en el pico del embudo aplicado a la maquina de embutir. Ate la extremidad de la tripa. Empiece a llenar la boca de la máquina con el amasado, y con un poco de práctica, suelte la tripa para llenarlas. Puede emplear solamente el embudo, llenarlo con carne y con un pilón empujar para llenar la tripa. Con un piolín choricero ate los chorizos a la medida que le conviene.

No solamente estos chorizos pueden asarse a la parrilla; pruebe de ponerlos en circulo sobre el fondo de una sartén de hierro untada con la misma grasa de cerdo y cocinarlos bien dorados de los dos lados, suavemente y sin pinchar. Complete con pan de campo y vino tinto de acertada elaboración


Se debe tener en cuenta que hay sales que salan mas que otras. Por tal motivo, antes de proceder al embutido, es bueno tomar una pequeña cantidad de masa y cocinarla en un sarten o plancha para degustarla y corregir el sabor si fuera necesario.

No tengo idea si estas recetas le servirán o si algún día se animará a hacerlas. Puede que como el Pan Dulce o los Huevos de Pascua sea una e esas cosas que siempre decimos que haremos en casa y terminan compradas en el negocio de la esquina. Pero sea como sea, comprado o recién hecho por sus manos, seguramente disfrutará de un hermoso momento culinario de la mano del famoso Choripan.
Ahora y como le decía al principio, me gustaría recordar viejos tiempos degustando uno a la pomarola.
Yo invito.


Taluego.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Golosinas de antaño

El post se debería haber llamado las golosinas de MIS abuelos y bisabuelos porque le voy a hablar de los inicios del siglo XX en la ciudad de Buenos Aires, pero tal vez para no entrar justamente en estos detalles, me pareció más descriptivo dejar el título que tiene.
Si usted busca golosinas en ciudades como Buenos Aires  solo deberá caminar unas pocas cuadras en cualquier sentido que seguramente encontrará un kiosko abierto. Es el más común de los emprendimientos familiares y requiere de un mínimo de 18 horas de atención para ser mínimamente rentable. Tal vez por ello muchos son habilitados en alguna habitación del propio hogar que al menos tenga acceso directo desde la calle.
Hoy cuando usted se detiene a elegir algo que comprar resulta asombroso el colorido y la variedad de productos ofertados. Dulces, caramelos y alfajores para los niños; cigarrillos y frituras saladas para los hombres; barras de cereales, yogourt, chocolates, caramelos , alfajores, bebidas, frituras saladas y cigarrillos para las mujeres. Todo al alcance de la mano y a precios mayormente pautados como fijos por el fabricante.
Pero a principios del siglo XX la cosa era muy diferente y por qué no decirlo, tal vez más sana, gustosa y natural. Los caramelos y chicles se compraban en las boticas o farmacias, los productos en base a harinas por medio de almacenes o vendedores ambulantes y las aguas carbonatadas en las confiterías. Si pensamos que el deseo potencia el disfrute, es probable que aquello tan difícil de adquirir por aquellos tiempos proveyera una satisfacción mayor a quien lograba tener acceso a ellos y darse el gusto.
Algunos de los productos que se disfrutaban eran por ejemplo:

El Gofio
Gofio
Sería un antecesor de los Corn Flakes y se trata de grano molido y tostado, con preferencia de maíz. De aspecto muy parecido al de la harina pero de un color más oscuro y amarillento. En realidad era como los cereales, algo que se agregaba a la leche o se mezclaba con miel, pero muchos chicos lo consumían directamente en forma de un polvo grueso y desde su empaque tradicional: un cono de papel madera provisto por el almacén. Algunos creían que era galleta molida. El principal inconveniente consistía en la muy común aspiración del producto en forma accidental, generando ahogos y tos.

Chuenga
José Eduardo Pastor "Chuenga"
Si bien el nombre proviene de una deformación local de la palabra norteamericana Chewing gum o Goma de mascar, en Argentina se lo asocia a ciertos caramelos masticables de fabricación casera creados o comercializados originalmente por un vecino del barrio capitalino de Floresta.
Detrás del producto que se vendía en las canchas, el Luna Park y cualquier otro eventos que reuniera multitudes, se escondía, por así decirlo, un vecino cuyo nombre era José Eduardo Pastor, nacido en 1915 y fallecido en su ciudad natal en 1984. Era un personaje delgado y algo falto de cabello, que ofrecía su mercadería al popular grito de “Chuengaaa”..., vistiendo pullovers de colores y diseños llamativos . Él vendía esos masticables blancos con algunas vetas de diferentes colores y muy deformes por ser artesanales, envueltos en un papel excesivo con relación al tamaño del producto y que en sus puntas estaba retorcido exageradamente para darle aún más volumen. Así le dieran 5, 10 o 20 centavos, la medida que se recibía siempre era la misma “un puñado de su mano” Chuenga vendía al voleo, metía su mano en la bolsa de lona y el puñado que sacaba era "su medida". El envoltorio abundante en papel, hacía que del producto en sí llegara al cliente una cantidad no muy generosa. Ahí radicaba "el negocio" de "Chuenga".
Una característica que llamaba la atención era que en las canchas de fútbol el comprador desde cualquier parte de la tribuna gritaba chuenga y este vendedor que siempre era el mismo, le entregaba el puñado de golosina a la primer persona que tenia a mano y este al otro mas arriba y así sucesivamente hasta llegar al goloso adquirente por mas lejos que este se encontrara, quien a su ves enviaba las monedas por su compra de la misma forma y en sentido inverso.

Barquillo
Barquillos en todas sus formas
Se llamaba y llama barquillo a una hoja delgada de pasta hecha con harina sin levadura y azúcar o miel y, por lo común, canela. El barquillo calentado en moldes recibía en otro tiempo la figura convexa o de barco (de donde procede su nombre) pero en diversos países adoptó otras formas. Usted lo reconoce en los cucuruchos de los helados o en los famosos y deliciosos "Cubanitos"
En Argentina suele usarse la forma de pañuelo plegado o triangular . Era muy común en las plazas y en la playa durante la temporada. El "Barquillero" se anunciaba con algún instrumento musical como por ejemplo una Flauta de Pan o un triángulo y se distinguía por portar un cilindro metálico donde se guardaba el calor del producto recién horneado, mientras que su tapa era una ruleta de la suerte. 
Ruleta de Barquillero
El comprador abonaba un monto fijo y el Barquillero hacía rodar la ruleta de forma que el número indicado por la suerte fuera la cantidad de producto entregado. Según cada vendedor la ruleta podía estar graduada para entregar de uno a diez, o en los más conservadores y económicos, uno o dos.

Chicles
Chicles Adams
Los Chiclets Adams fueron los primeros en llegar. Además de las variantes tutti-frutti, menta y mentol había dos sabores adicionales que ya no existen: Adams Sen-Sen y Adams Black-Jack. El Sen Sen perfumaba el aliento con dejos a menta y orozuz, aunque no era para nada dulce. El segundo, era, exactamente de Orozuz o Regaliz que es la raíz de una pequeña planta perenne que se cultiva en el sur de Europa y en el Oriente Próximo. Tiene un sabor anisado y agridulce.
Rollos de caramelo de orozus

El de tutti-frutti se llamaba , "California Fruits" y el de menta ,"Pepsin". Aún no se había popularizado la variante confitada y por supuesto, ni hablar de chicle globo. Los chicles de ese entonces tenían forma de tabletitas, como aún pueden encontrase en algunas marcas. Las publicidad alegaba que fortalecían las encías, blanqueaban la dentadura y ayudaban a hacer correctamente la digestión. El Sen-Sen,  les encantaba a nuestros abuelos y bisabuelos, pero no se le puede dar con justicia, el nombre de "golosina". No era tal cosa. Por lo pronto, carecía de dulzor. El Sen Sen venía en forma de unas especies de piedritas negras y duras, muy pequeñas, con forma de conitos y una mezcla de sabores en la gama del mentol, aunque con toques de orozuz. Era usado para combatir el mal aliento matinal prepararse para una cita con la pareja o para ocultar el aroma de quienes no deseaban ser descubiertos luego de fumar.

Media hora
Cramelos Media Hora
Aún perduran estos deliciosos caramelos de Regaliz u Orozuz que cumplen con su nombre y duran casi treinta minutos. Muchos creen que están realizados únicamente con azúcar caramelizada, pero en realidad el sabor proviene de esa planta, el Regaliz. Los caramelos "Media Hora", todavía siguen vigentes y son siempre deliciosos, aunque hayan salido ahora algunos detractores que aseguran que son espantosamente horribles y los chicos los comían obligados "por no haber otra cosa". Aunque el orozuz haya pasado un tanto de moda, en los 20 y 30 llegó a ser tan popular, que algunos cuentan que el indio más famoso de la historia de nuestra  historieta fue bautizado en su honor. Dicen que el nombre  Patoruzú, nació al practicar la conjunción entre la palabra francesa "pâte" (pasta) y el término "orozuz" algo modificado.

Churros, Tortas fritas y Pastelitos
Churros rellenos de dulce de leche
El churro consiste en una confitura realizada en base a una masa compuesta por harina, agua, azúcar y sal, que se introduce en un aparato parecido a una manga repostera, por donde sale mediante extrusión convertido en tiras cilíndricas de un dedo de grosor aproximadamente, y con sección trasversal en forma de estrella (estrías), que se fríen en aceite y una vez hechos, a veces, se rebozan en azúcar y rellenan con dulce de leche o chocolate. 
Los Pastelitos criollos son típicos de la cocina Argentina, se comen todo el año, aunque son unos de los dulces de la fechas patrias, son de masa hojaldrada rellenos de membrillo y fritos en aceite, se pueden bañar con almíbar y decorar con granas de colores. En la actualidad también se hacen de dulce de Batata pero en este caso y para diferenciarlos, no se le colocan granas.
Pastelitos Criollos
Las Tortas Fritas son un bocado típico del Río de la Plata, y posteriormente extendido a otros países en los que se la conoce con un nombre diferente. Su masa es básicamente la del pan común y se compone básicamente de harina de trigo, levadura natural activada con un poco de azúcar y agua tibia o levadura seca y sal, existen variantes con huevos, leche y azúcar, luego de la fermentación se estira la masa, se la corta de la forma deseada y se fríe en grasa vacuna o aceite vegetal neutro.
Tortas Fritas
Como las tres golosinas se generan en base a fritura controlada para no arruinar el producto con una sobre cocción o que queden embebidas en aceite, el fabricante (aún hasta el día de hoy) esta dedicado a esta tarea en exclusividad. Se lo solía ver pasar en horarios cercanos a la hora de la merienda o el desayuno, con una canasta al hombro tapada por manteles blancos para mantener su calor.

Pirulín, Manzanas acarameladas, Pororó, Algodón de azúcar y Maní tostado
Pirulín
Elementos típicos de los vendedores ambulantes de las plazas, el pirulín o pico dulce, era un caramelo duro y colorido, de hasta 10 a 15 cm de alto, de forma cónica o piramidal con punta muy aguda, con un palito en la base que sirve para sostenerlo, y que viene envuelto en papel plástico transparente (similar al papel celofán). El típico chupetín original.
Manzanas acarameladas
Las manzanas acarameladas no eran otra cosa que manzanas normales que habían sido bañadas con caramelo en estado líquido y que en algunos casos se recubrían con pororó.
Pororó
El pororó no era otra cosa que  Palomitas de maíz o Pop Corn. Para su elaboración se utilizan granos de maíz Pisingallo, dispuestos en una olla o recipiente y tostados hasta la explosión terminados con un toque de vainilla y un poco de azúcar melaza o miel.
Haciendo el algodón
El algodón de azúcar es una golosina muy popular a lo largo de todo el mundo formado por una serie de finos hilos de azúcar enredados alrededor de un palo o cono. Se prepara usando una máquina especial inventada en 1900 y perfeccionada en 1940 y se vende usualmente en ferias y otros eventos festivos. El color característico de la golosina es el rosa, aunque también es popular una mezcla de rosa, púrpura y azul. En Argentina es normal encontrar vendedores callejeros que venden la golosina en las plazas o los días de vacaciones de verano en las calles.
En las plazas siempre se encontraba un tanque de tostado negro a carbón o gas decorado para simular las formas de una locomotora a vapor, donde se colocaba maní natural y se lo tostaba. Por unas pocas monedas uno recibía un cono de papel lleno hasta desbordar con maní tostado y con su cáscara. Una golosina sana y natural que en las tardes de fresco ayudaba a calentar las manos.

Caramelos 
Tienda de dulces y caramelos
Los "Firpo" y los "Zabeca" tenían envoltorios que eran en realidad figuritas listas para completar un álbum. Los de mayor calidad eran aquellos que las señoras ponían en elegantes carameleras para ofrecerlos a los invitados y normalmente correspondían a productos de las firmas Noel o Lheritier. La mayoría tenía relleno y algunos hasta licor.

Pastillas
Pastillas de Darío Rodriguez de la Fuente
Una de las marcas de pastillas que perduran hasta el día de hoy casi sin cambios son las denominadas DRF.
DRF fue fundada en 1914, año en que Don Darío Rodríguez de la Fuente comenzó a producir artesanalmente unas exquisitas pastillas de menta que bautizó con las iniciales de su apellido: DRF. Al poco tiempo DRF alcanzó su merecida popularidad entre el público consumidor y comenzaron a agregarse diferentes sabores.
Primer envase de pastillas Volpi
Bajo la misma formula de pasta dura de azúcar se comercializaron las pastillas Volpi  y los hasta ahora existentes corazoncitos Dorin´s (1950) todos en una gran variedad de sabores frutales tales como frutilla, naranja, mandarina y limón.
Las cardiopastillas Dorin´s
Galletitas
Surtidas en lata
Los niños disfrutaban de las galletitas más baratas pero sumamente ricas como las "Bú-Bú", las "Mitre" o las aparecidas con posterioridad "Okebon", mientras que las señoras de sociedad convidaban a sus invitados con cajas de exquisitas galletitas surtidas, generalmente de la firma Bagley, para que pudieran no solo elegir la que fuera de su agrado sino también observar la caja y la marca del producto que se le estaba convidando.

Turrones y Garrapiñadas
Garrapiñada
Los más famosos y consumidos en las plazas y paseos públicos eran el Turrón Japonés y la Garrapiñada de Almendras.
La composición del turrón Japonés es la misma del llamado Alfeñique, siendo en realidad una especie de caramelo o confitura procedente de España con base en azúcar pura de la caña preparada en pasta alargada, a la que pueden sumarse otros componentes como huevo manteca y maicena para lograr su dureza de turrón. Pero el Japoné vendido en las plazas era como un inmenso block sólido, y venía de dos sabores: vainilla, y otro de color rosado que era de frutilla. Lo cortaban con un punzón y un martillo, ya que era sumamente duro.
Alfeñiques enroscados
Las almendras garrapiñadas son aquellas a las que, crudas, se les añade un recubrimiento de caramelo, hecho a partir de azúcar caramelizado. Este caramelo oscurece la almendra, el azúcar tostado la endulza y le da una textura más dura. Hoy día son más populares las realizadas en base a Maní.

Chocolates
Una de las primeras fábricas de chocolate fue la de Águila fundada en 1880, cuando Abel Saint abre sobre la calle Carlos Pellegrini un local de tostado de café. El negocio evoluciona favorablemente y una década más tarde abre una fábrica en Barracas, en la intersección de las calles Brandsen y Herrera.Hoy permanece en la esquina el águila emblemática del edificio mientras que fue convertido en un centro comercial de elementos para la construcción y supermercado.
El más rico chocolate
Luego de la muerte de Saint, su familia queda a cargo de la empresa, que inicia sus operaciones en el Uruguay en 1905 La compañía continúa desarrollando su actividad con éxito y en 1923 se convierte en Sociedad Anónima. Posteriormente, en 1930 inicia la fabricación de los helados Laponia (otra tradicional marca argentina).
Los bloquecitos de los chicos

Otras famosas marcas chocolateras fueron, Suchard comercializando varios chocolates entre los que se destacan los Bloquecitos Suchard y los Nestlé. Curiosamente ambas marcas se afincaron en Argentina en 1930.

Bebidas
Afiche de naranja Bilz
Claro yo le dije que los kioskos actuales tienen mucho más, algo así como lácteos o gaseosas, pero en otros tiempos las gaseosas no eran comunes para nadie y los lácteos venían con vaca incluida como les mostré en este otro post.
Por entonces las gaseosas o aguas carbonatadas eran bebidas que se debían consumir preferentemente en una confitería, en ocasiones especiales y presentada en formato de botellas pequeñas. En las casas, la bebida de todos los días era el simple vino con soda, tinto o blanco. Y aunque ahora a algunos los escandalice, ningún chico salio alcohólico por tomarse dos vasitos de vino con soda en la comida o tomarse un poquito de sidra o champagne para el brindis de Navidad o Año Nuevo. Mucho menos a causa de una porción de torta regada con Oporto almibarado. Si recuerda mi post anterior verá que se lo afirmo con conocimiento de causa. La cuestión es que las gaseosas se dejaban para cuando se iba a la confitería, vestidos de domingo, con papá , mamá o los abuelos. Allí se pedía una botellita de Cola o Naranja Bilz (una bebida de origen alemán), de Chinchibirra (versión más antigua de la Ginger Ale que venía con una botella de bolita) o de Crush. Muchas más opciones no había, si bien se podía optar por los siempre deliciosos jarabes para diluir, en aquel entonces, mucho más surtidos que ahora: granadina , menta, ananá, grosella , guinda, vainilla, frutilla, naranja, cola, durazno, jarabe de goma, caramelo, frambuesa y tamarindo. En los cumpleaños, si eran en invierno, corría el chocolate caliente, si transcurrían en verano, los citados jarabes podían entrar a tallar, aunque era más común optar por la siempre fresquísima limonada o una buena sangría si había cumplido más de doce años y había dejado los pantalones cortos.

Gracias al empuje del consumo masivo de productos naturales se pueden obtener todos estos dulces del pasado en sus versiones de fabricación al detalle provistas en las nuevas tiendas o negocios naturistas o en los hermosos carritos de plaza.


Para cerrar y aunque a usted pueda parecerle increíble, hasta muy entrada la segunda mitad del siglo XX muchos niños, en su gran mayoría habitantes alejados de las grandes ciudades, no conocían o habían probado ninguna golosina en absoluto, mucho más preocupados sus padres por obtener el sustento mínimo indispensable que por endulzarles las vidas con azúcar reprocesada.
Recién entrados en la adolescencia o en la edad adulta, una vuelta del destino los enfrentó con la catarata de endorfinas que libera una buena provisión de estos dulces elementos de placer.
Hoy, sumergidos en la era del consumo, tal vez debamos hacer un extremo esfuerzo de nuestra imaginación para poder imaginar que, de todas maneras, ellos también fueron felices.

Taluego.

p/d. Si desean colaborar con la historia de alguna golosina que he olvidado incluir, el post queda abierto para ustedes.
Fuentes: José Pedro Aresi, Omar, Wiki, Nostalgiosa

martes, 22 de mayo de 2012

Cocineros de todos los gustos

Si hay algo que nos diferencia de los animales es que nosotros preparamos nuestros propios alimentos. No me indique el alma inmortal ni la inteligencia superior de nuestra condición, pues ambas pueden resumirse en el cocinar. Si usted cocina, usted es un ser superior, no jodamos. Y en cada plato está demostrando su inteligencia, alma y amor por sus agasajados. Y para que le cuento lo que es cocinar en pareja y dejarse llevar por lo que los alimentos le sugieran. Sólo les baste admirar la foto de arriba donde se nos ve a la OPinera y a un servidor cocinando en casa.
A mi criterio la cocina es un lugar de juegos, es más, hasta le diría que un buen cocinero es simplemente aquel que es capaz de hacer algo delicioso simplemente con lo que tiene más a mano. No me venga con ciervo a la cazadora o pato laqueado a la pekinesa si no es capaz de hacer delicioso un simple huevo frito. Abrir la heladera y tener la capacidad de hacer algo rico con lo que encuentra ya es un síntoma de genialidad.
Yo cocino por hambre o necesidad desde hace mucho tiempo. Miro, copio y aprendo. No todo me sale bien, pero seguro que no se va a ir con hambre.
Y es que espiando a la vieja que no nos dejaba entrar a la cocina por miedo a que saliéramos mariposones según la creencia popular, uno algo aprendía y lo demás es saber combinar y experimentar a gusto.
No olvide que por aquellas épocas una madre pasaba medio día en la cocina haciendo los tres platos de cada morfi . Los ravioles se hacían a mano por la mañana del domingo, el flan era cacero, nada de supermercado y cosas preparadas como una prepizza o lo que se quiera imaginar. Todo, pero todo se hacía desde cero y con las recetas de la madre de todas las cocineras argentinas : Doña Petrona C. de Gandulfo.
Hoy día los continuadores de la estirpe de Doña Petrona copan la televisión y dicen que saben algo de cocina. No siempre es así y entre tantos cocineros mediáticos se han infiltrado algunos cuyos restaurantes fracasaron estrepitosamente y que ahora con el cable y algunos libros se hacen millonarios. Claro, si usted sigue algunas recetas puede que muera en la guardia de algún hospital para intoxicados.
Le cuento mi opinión y la de la señora OPinera sobre algunos cocineros de la pantalla chica que hemos observado cuando no hay buenas películas, no hay carreras, no quiero amargarme con los noticieros, el History Channel pasa programas sobre OVNIS o el Discovery se dedica a buscar monstruos y fantasmas. Es decir casi todo el tiempo.

El top de los mejores cocineros del medio a nuestro criterio está formado por.

Las chicas y muchachos de la TV pública.
Cocineros Argentinos es un grupo de chicas y muchachos con una producción detrás que les permite llevar adelante un buen programa con mucha simpatía y platos fáciles de preparar. Ellos son : Guillermo Calabrese, Martiniano Molina, Pilar García Hernández, Ximena Sáenz, Juan Bracelli y Juan Ferrara. La verdad que tiran muy buenas ideas y ondas con sabor a popular. Lo recomiendo. Mucho.

Yo cocinero, tú cocinero
Es un programa donde el adolescente Omar Pereney y ocasionalmente su hermana panadera, se dedican a desmitificar la complejidad de la cocina moderna y nos demuestra con su simpatía y facilidad de palabra, lo fácil que resulta cocinar. Nos dice: "si yo que soy tan joven puedo, usted también puede", "Si yo cocinero, tú cocinero". Y tiene razón el muchacho. Un capo.

Método Gross
Osvaldo Gross es un santafesino Ingeniero Geoquímico y Chef Pâtissier. Un verdadero genio de la repostería cuyos orígenes familiares parecen ser austriacos y que nos demuestra la precisión requerida en repostería mediante movimientos medidos y justos, limpieza perfecta y una historia de los orígenes de cada plato. Verlo es aprender un montón sin necesidad de engordar.

Wok
Alejandro "Iwao" Komiyama es 100% argentino, nacido en La Plata, es un itamae (chef especialista en sushi) que nos enseña mucho más que como hacer una buen wok de verduras, a cocinar tempura o preparar sushi. A mi criterio es un muy buen cocinero pero con la cuestión de las medidas y formas hay tanto desperdicio de productos que uno se da cuenta porque el sushi está tan caro. Da muy buenos concejos de higiene en el manejo de los productos crudos.

Cucina Paradiso
Donato de Santis es un capo italiano que pierde el acento cuando se apagan las luces pero que rescata las mejores recetas de Italia junto con sus utencillos particulares y métodos de cada región. Si usted quiere probar lo mejor de la cocina italiana siga paso a paso las instrucciones de este cocinero de primera que no lo va a defraudar.

La hermana Bernarda
María Bernarda Seitz es una religiosa católica nacida en La Pampa, Argentina en 1927 y que es más conocida como La Hermana Bernarda. Su cocina clásica y económica nos trae lo mejor de la cocina del pasado con recetas originales y sabrosas. Muchos se han sorprendido por la precisión en las proporciones y economía de los platos. Como buena religiosa nuca le va a mentir. Una capa.(Pero dicen que detrás de cámaras tiene mal carácter)

Cocinando con Ariel
Ariel Rodriguez Palacios arrancó con programas donde el público participaba y se caracterizó por sus recetas y el humor picante y hasta chabacano. Ahora abandonó esta vertiente que no lo impulsó a la fama y su nuevo programa muestra mil y una formas de aprovechar nuestras parrillas. Creo que esta nueva idea es una pegada y las variantes de cocción en parrilla que enseña son un verdadero hallazgo.

Sumo Placer
Sumito Estévez nació en Caracas, Venezuela, es licenciado en Física en la Universidad de Los Andes y decidió hacer realidad el sueño que se le antojaba imposible: ser cocinero. Sus recetas son muy agradables y nos traen esos sabores caribeños que para nosotros los del sur son tan queribles. Tiene debilidad por los sabores de sus antepasados hindúes. Es divertido, con buenas anécdotas y consejos para adaptar sus recetas a los productos que uno tiene en su país natal.

Ohno en Japón
Takehiro Ohno nacio en la isla de Hokkaido, Japón, en 1967, dio sus primeros pasos en la cocina de la mano de su madre, consumada repostera especializada en repostería alemana. Su manera de luchar con el idioma español y salir airoso al contar sus anécdotas de vida, acompañan de manera sólida recetas orientales de fácil realización y garantizada historia. Vale la pena verlo aunque a veces al escucharlo uno sienta la tentación de pegarse un tiro en un tímpano.

Lo peorcito a nuestro criterio:

Cocinando con Narda
Narda Lepes es una cocinera argentina criada en Venezuela que ha hecho un gran negocio con la televisión y con la compra y utilización de la marca "Doña Petrona". Luego de ser cocinera de comida oriental por muchos años sin mayor éxito y ante el fracaso de varios restaurantes llegó a la televisión por cable con otras ideas. Si bien intenta ser agradable y compradora, sus intentos naufragan en un cocinar cuatro platos a la vez sin dar absolutamente ninguna proporción de ingredientes. Las cantidades de restaurante que maneja se hacen poco prácticas para el televidente mientras pasa de un consejo (generalmente bueno) a otro sin solución de continuidad. En sus libros y páginas web las proporciones son generalmente erradas haciendo que la gente piense que no sabe cocinar cuando en realidad ella pasa mal los datos. Da la impresión que lo hace para vender sus carísimos libros, inclusive al utilizar ingredientes de difícil adquisición y que desembocaran en la publicación de otro libro donde nos indica donde ir a comprar esas cosas raras. Divertida para ver y tomar ideas pero no sirve para aprender a cocinar sus platos.

Máximo Clásico
Máximo López May (y su hermana) son dos chantas que aterrizaron en la televisión por cable con una supuesta experiencia en cocina. Aún cuando dedique programas a pasear por NY en busca de lugares que a él le parecen importantes para la cocina mundial, en su programa enseña cosas tales como freir un huevo, hacer un bife a la plancha , preparar una hamburguesa, hacer pizza o una fainá. Un verdadero ladri que suponemos ha sido un buen lavaplatos (bachero) en los mejores restaurantes de la gran manzana.

La huerta en tu casa
Juliana López May (la hermana ladri del anterior) cree haber encontrado su veta de negocio en las recetas naturistas y la elaboración de "finos colchones de hierbas" con el pasto que circunda su casa.
Según ella cree, la combinación de secos y húmedos en un mismo bol con ausencia de carnes es cocinar. Hacer ensaladas es bueno y es sano. Ponerles granos o cereales también. Pero intentar hacer un programa de cocina con el simple argumento de meter todo en un mismo recipiente y revolver es ser simplemente descarado. Da la impresión de haber alimentado aves toda su vida mientras hacía un curso de jardinería por correo.

Mallmann y los siete fuegos
Francisco José Mallmann, más conocido como Francis Mallmann, es un cocinero argentino que ha montado decenas de restaurantes en diferentes países y ha sido maestro de muchos cheff vernáculos. Fue uno de los exponentes regionales de la nouvelle cuisine. Pero más recientemente se afilió a un estilo de cocina rústico y apoyado en sus veleidades de poeta se ha puesto a cocinar en medio de la nada patagónica y la nieve, movilizando una Land Rover donde mira películas mientras degusta comidas hechas a la brasa y con mucho desperdicio. Se pueden aprender muchas cosas de esta cocina, pero no pasa de una locura mediática para mantenerse en el candelero. Un tipo de gran inventiva para ver el negocio con medianas aptitudes para la cocina. Aunque para muchos sea un capo por compartir con el Gato Dumas la invención de la cocina mediática.

Recetas rápidas
Pablo Massey justamente es un discípulo de Mallmann que se inició en su restaurant de la calle Honduras. Lamentablemente ha decidido expresarse mediante la cocina rápida, pero parece interpretar rápido por caótico. Nada parece estar en su lugar, los fuegos en exceso, todo se ensucia o se quema y cae en muchos errores con tal de hacer esa cocina rápida del título. Un kilombo y todo sucio.

Panaderos
Bruno Gillot y Olivier Hanocq son dos franceses insoportables que enseñaban cómo preparar pan quemado de mil y una maneras. Con sus falsos y exagerados acentos estos poco "francos" cocineros tratan de venir a currar con sus pasaportes en un país donde lo que mejor hacemos es cagarnos en la supuesta excelencia de la cocina francesa. Cuando se les terminó la variedad de panes empezaron a cocinar comida que a usted le daría vergüenza servirle a sus amigos. Los deportaría a su patria si existiera la guillotina.

Ni fu ni fa

Borja Cocinero
Borja Blázquez nació en San Sebastián, España, en 1975. Fuertemente influenciado por la buena mesa de sus raíces, estudió en la escuela de cocina Casa Armendáriz hasta lograr en la actualidad tener su propia escuela de cocina en Buenos Aires. Arrancó con muchas demostraciones de fundamentos físicos y químicos que reglan la preparación de los alimentos. Es un tipo muy agradable y mantiene una muy buena relación con sus pares, pero yo, que quiere que le diga, no puedo recordar ninguna de sus recetas que sea de mi agrado. (Muy buena su serie de programas desde Colombia)

Chocolatero.
José Ramón Castillo nació en México DF en 1978. Formado inicialmente en su país, en el Centro Culinario Ambrosía, partió al exterior a completar sus estudios en L´Ecole Gastronomique Ritz Escoffier de París, y en la Escuela Universitaria de Hosteleria y Turismo de Sant Pol, Barcelona. Arrancó mostrando su técnica de chocolatero pero al poco rato se habían terminado los secretos y comenzó a pasear por la ruta del chocolate. No digo que sea un chanta, me cae bien y fue interesante, pero se le agotó el tema.

Lo mejor de la cocina española
Mikel Alonso nació en Biarritz, Francia, en 1971. Cursó sus estudios de Ingeniería Industrial química en la Universidad Pública del País Vasco, carrera que abandonó para estudiar lo que era su vocación en la Escuela de Cocina de Luis Irizar, donde obtuvo su matrícula de honor en Cocina. El tipo parece ser un capo en lo que ha actuación se refiere. Trasmite mucha alegría y desenfado y hasta resulta simpático. Lástima que lo que su cocina no es mayormente de mi agrado.


Rico y abundante

Silvia Barredo y Mirta Carabajal cocinan como la vecina y nos muestran todo tipo de comidas, mayormente en base a lácteos y quesos. Nada que uno pueda decir que es sano, pero ciertamente golosinas para los más gorditos. Lo bueno es que lo hacen con cariño y muy buen humor.

Hay muchos más que hemos dejado fuera por ser muy nuevos, muy viejos o por no merecer siquiera una mención por lo poco que pueden aportar a la idea general de este post.
Créame, cocinar requiere de unos consejos mínimos y mucha imaginación para combinar aquello que nos gusta y gusta a los demás.
No se achique y cocine, no se imagina la cantidad de plata en delivery que se va a ahorrar.

Taluego