domingo, 29 de diciembre de 2019

Bretzel caseras de la Oktoberfest


Durante muchos años me he quedado con las ganas de comer Bretzel blando fuera de Alemania y no sabía el por qué. Si usted no está al tanto le cuento que un Bretzel es un producto de panadería que nunca falta en una fiesta alemana regada con cerveza. Su nombre proviene de la palabra alemana Brezel o Breze, derivada del latín bracellus, 'brazo pequeño', cosa que se justifica automáticamente al observar la particular forma de este pan.
Hay diferentes versiones acerca del origen de los Brezel, aunque la más aceptada se remonta al año 610 cuando un monje italiano que preparaba pan ácimo para la cuaresma decidió hornear los pequeños trozos sobrantes de la masa como recompensa a los niños que rezaban sus oraciones. Dio a la masa la forma de dos brazos cruzando el pecho en señal de súplica y la horneó. El nombre que le dio originalmente a este invento fue “pretiola” que significa “pequeña recompensa”.
Su representación más antigua aparece en el Hortus Deliciarum, que data de 1190. En una de las miniaturas del códice aparece la escena de un banquete en el que participan la reina Ester y su esposo el rey persa Asuero/Jerjes. Sobre la mesa, se observa un brezel a la derecha del rey
Pero este producto tan folclórico tiene una grave deficiencia: sólo dura fresco unas pocas horas y luego pasa a un estado gomoso para ir de forma vertiginosa a un estado final simplemente duro. Es por eso que finalizando un desfile en cualquier punto de Alemania, los puestos que lo venden liquidan la mercadería a mitad de precio y hasta la llegan a regalar. En mi caso he probado que guardados en el freezer mantienen su frescura como cualquier pan.


En Argentina uno puede intentar obtenerlo en algunas panaderías alemanas, pero al carecer de la maquinaria necesaria para hacerlas en abundancia, uno debe encargarlas por anticipado y con suerte, como en Villa General Belgrano, obtener una pobre réplica los días martes o cuando hay fiesta. Es que ni siquiera los panaderos le ponen el mismo cariño y cuidado que en Alemania.

Al fin, luego de varios intentos encontré la receta justa y sencilla para lograr el Bretzel blando (muy diferente al duro usado en los copetines), pero con las complicaciones de un proceso que es la clave para que salgan perfectos. 
Pasemos a la receta que los propios descendientes de alemanes no recuerdan de sus abuelas.


Ingredientes
para seis unidades de tamaño medio o para una persona

Masa

400 grs, de harina de fuerza (así se llama en Europa a la harina triple cero 000)
  25 grs de levadura fresca (medio cubo)
150 cm de agua
  10 grs de sal fina
    1 cd de aceite neutro
  25 grs de manteca derretida

Baño

  50 grs de bicarbonato de sodio
    1 ltr de agua

Cobertura

1 huevo batido
sal gruesa a gusto


Procedimiento

1- En un boul colocar 100 grs de harina y tan solo 10 grs de levadura fresca. Hidratar con 150 cm cúbicos de agua y reservar cubierto con un film durante al menos una hora. Se puede preparar un día antes dado que se trata de una falsa masa madre. Al finalizar el proceso se obtendrá una mezcla chirle y espumosa.

2- En otro boul colocar los 300 gr de harina restante, el resto de la levadura (15 grs), la manteca, el aceite y la sal. sobre éstos volcar la masa madre que teníamos preparada y mezclar hasta conseguir una masa dura y pareja. Es posible que debamos agregar un poco de agua adicional, pero la masa debe ser dura.

3- Amasar por al menos 5 minutos o ver que el bollo tiene una superficie lisa. aceitar el boul y dentro de él colocar la masa. Cubrir con un repasador y dejar levar otras dos horas, desgasificando la masa al pasar la primera hora.

4- Cortar la masa en seis partes iguales, éstas deberán tener aproximadamente entre 80 y 100 gramos. estirar en chorizos de unos veinte o treinta cmts, dejar reposar al menos media hora. luego de relajados se podrán estirar hasta unos 60 cmts de longitud, con una pequeña panza en el centro y los extremos afilados. Usted verá en muchos videos cómo hacer la forma, éste es el momento para que lo practique y reserve cada pieza sobre una superficie no adherente.


5- Ponga en una cacerola el litro de agua hasta alcanzar el hervor. Una vez caliente podrá echar el bicarbonato de sodio en el recipiente sin apagar el fuego. Levante cada bretzel con una espumadera y sumérjala de manera invertida en el líquido por un minuto, a mitad de cocción puede darla vuelta. retire escurriéndolas lo más posible y acopie sobre una rejilla para horno o sobre una pizzera enmantecada o con aceite y harina. El mayor problema será despegarlas luego de la cocción así que es importante lograr una superficie anti adherente.


6- Una vez presentadas bata un huevo y pinte en abundancia la superficie de los bretzel . Riegue la cantidad de sal gruesa que sea de su agrado sobre el huevo. El mismo servirá de pegamento para que el grano de sal no caiga. Llévelos a un horno máximo (250-220 grados C) por 15 o 20 minutos. Se dará cuenta por el color dorado oscuro similar al de las fotos que le muestro.

Eso es todo, usted ya es un maestro en la fabricación de bretzels.


Ojo con la presión ¡¡ Si sos hipertenso como yo, lo mejor es no comerlas muy seguido.

Taluego.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Secretos de una buena Fainá



La fainá (de fainâ, su nombre en lengua ligur; farinata o cecina en italiano) es un plato hecho a base de harina de garbanzos, agua, aceite de oliva, sal y pimienta. 
El plato es originario de Génova, y muy típico de Liguria y Toscana (Pisa y Livorno) (Italia). En Italia se la conoce como farinata, cecina o torta di ceci. Luego se extendió su preparación hacia el Piamonte. En Argentina el plato es muy famoso en CABA y GBA pero en el resto del país existen huecos y falta del mismo.
También se lo sirve con queso mozzarella, orégano, ajo y perejil, entre muchas variantes propias de cada establecimiento gastronómico.
En el norte de África, en Marruecos, la colectividad sefardí llama calentita a un plato igual a la fainá genovesa. La calentita es el plato nacional de Gibraltar, donde fue adoptada en el siglo XVII por la presencia de una numerosa comunidad genovesa en la ciudadela o tal vez por conexiones comerciales con la costa berberisca, donde se come un plato muy similar con el nombre de karantita.  En Niza (Francia) se lo conoce como socca y es llamado fainé en Sassari (Cerdeña), ciudad donde es plato típico.​ Se encuentra también en el sur de Cerdeña, en Carloforte, donde recibe el nombre de fainò.


Pero cuando uno intenta cocinar una fainá en casa suele recurrir a productos envasados caros y de dudoso resultado. Luego salen, finitas, feas y sin gracia. Aquí les traigo algunas ideas que pueden resultarles útiles para realizar una buena fainá en casa.

Lo primero que les recomiendo es comprar harina de garbanzos suelta. Se venden en las casas de alimentos naturistas y suelen costar hasta 10 veces menos que las envasadas. En mi caso compro por kilo y de cada kilo obtendremos 3 fainá de 30 cms que es el tamaño de una pizzera normal.

Para la mezcla pesar 330 grs de harina de garbanzos y remojarla con 600 cm3 de agua. una cucharada de aceite de oliva un toque de sal y pimienta. En mi caso le agrego también hojuelas de cebolla.

La misma se debe dejar reposar al menos una hora (preferentemente un día) y revolverla periódicamente para desarmar los grumos.

Durante ese mismo tiempo debemos dejar una pizzera enlozada con una película de aceite que la cubra de forma pareja en su interior y embeba las paredes laterales. Si es de oliva , mejor. Yo recomiendo nunca lavar a fondo las pizzeras para que se forme una película que evite que se peguen las preparaciones.

Estos pasos previos (hidratar la harina y aceitar la pizzera) deben contar con al menos una hora de reposo, cuanto más mejor.

Prendemos el horno al máximo de su poder (unos 220 grados) y una vez que alcance su temperatura se debe colocar la pizzera vacía durante 5 minutos o hasta que el aceite comience a humear.

Ahora la parte difícil.

Si tenemos bandeja que se desplaza con la puerta del horno será fácil, de lo contrario tener mucho cuidado, porque debemos volcar el contenido de la preparación sobre ese aceite caliente, que por ser una película delgada, no nos salpicará.
En ese primer momento se formará el piso o base de la fainá evitando que se pegue.

Usualmente tarda ente 20 y 30 minutos en tomar su color dorado característico. Posiblemente a mitad de cocción será conveniente llevarla a la parte superior del horno para que dore.

Al retirarla se deberá poder despegar fácilmente y tendrá aproximadamente 1 cm de espesor.

A disfrutar.